Cada vez que debía terminar con un escrito en el que estuviera trabada, me alquilaba, por un mes, un lugar que tuviera algo que ver con la temática de lo que estaba escribiendo. Así disfruté de tórridos romances en playas paradisíacas, sufrí ataques de ansiedad en departamentos de oficinas, viví en una cabaña en las montañas y practiqué esquí en el sur.
Pero ahora se trata de terror, un género que no se me da bien. Así que me vine a esta villa semi abandonada porque tiene fama de estar habitadas por zom...
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario