Las minificciones son larguísimas y complejas historias que no se ven, que se ocultan arteramente detrás de un puñado de palabras conocidas.
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Explicación Cortita
Lo característico de la minificción o microrrelato, es su capacidad para disparar sugerencias múltiples en la mente del lector. Para ello se vale de la ambigüedad y de modos oblicuos de expresión, como la ironía, que apuntan a que lo que parece ser no sea, o no se sepa con seguridad si es o no es. De ahí que la paradoja y la parodia sean tan frecuentes. También lo es el doble sentido, en cuyo caso se acerca peligrosamente al chiste. En este límite, el trabajo con las palabras es lo que determina la diferencia".
Revivió todo en el mismo instante. Pude verlo en su mirada. Volvió a ser aquel niño lejano que las monjas castigaban por sus inocentes pecados. Fue el soldado que lamentó sobrevivir en el frente, bañado por la sangre de sus amigos. Fue el hijo que enterró pronto a su padre y el padre que engendró tarde a su hijo.
Fue la vida y la muerte, en el cálculo preciso del minuto fatal en que tuvo su último orgasmo.
En la habitación del muerto, destacaba la colección de "Cábala y Economía"; por eso supuse que la clave de acceso de la computadora sería un código de 5 dígitos. Sumé las letras de su nombre reduciéndolas a un número: 9. Intenté con los primeros de Fibonacci, que sumando el primero y el último resulta 9. Incorrecta. Finalmente, luego de muchos cálculos, logré descifrar la clave: la suma de 2 cifras de 5 dígitos, del 0 al 9, donde la sumatoria de cada cifra se refleja al final de la misma y sumada a la otra resulta 9. La clave fue 99.999. Al iluminarse la pantalla, una leyenda instaba al lector a dirigirse al Presidente de la Nación, para revelarle la verdad, grabada en un archivo de audio. Y allí fui.“Un nuevo orden universal está naciendo. Los 10 responsables de la catástrofe mundial debemos suicidarnos para salvar a mil millones de hambrientos cada uno. Cientos de miles de monjas alrededor del mundo sabrán qué hacer si esto no se cumple. En archivo aparte figuran los 10 nombres, que el portador ya conoce y tiene instrucciones al respecto. La cuenta regresiva ha comenzado. El 10° no tuvo valor para matarse, así que lo hice yo. Tú eres el 8°. No intentes borrar este archivo”. Pero, incrédulo, presionó rápidamente la tecla Borrar y, literalmente, se desintegró. Ahora usted, que es el primero y el último, quiere que siga contándole la historia o prefiere hacerlo a su manera?
-Catesby, un caballo! mi reino por un caballo! -Lo siento señor, caballos no habemos, pero a falta de ellos, buenos serán pelícanos. Si os ajustáis bien la armadura, las aves os llevarán en vuelo de aquí. Y así lo hizo el rey Ricardo, pero al reparar que en el vuelo había perdido su corona y con ella su reino, decidió darse por muerto e indicó a los pelícanos el rumbo a Bermudas. Desde allí, mas descansado, citaría a Willy para hacer algunos arreglos en la obra.
Las persianas bajaban a las nueve de la noche, ocultando el interior de las curiosas miradas callejeras. Entonces, cuando se quedaba sola en la tienda tras una interminable jornada laboral, se desvestía -falda, blusa, zapatos y bolso prestados- y se enfundaba en el uniforme de supervisora, paseándose por los vestidores, revisando planillas, controlando escaparates aquí y allá, soñando con una vida real, en libertad. Al amanecer, radiante de alegría, volvía a vestirse con la ropa que se había sacado y se ubicaba en la vidriera, adoptando la rígida postura forzada de cada día, esperando que las persianas volvieran a subir.
Así era en el principio de los tiempos: bella, candorosa. Hasta que el señor del mar robó mi inocencia y su mujer me castigó por ello. Su ira cayó sobre mí convirtiendo mis cabellos en sierpes, capaces de petrificar a quien osara mirarme. Pero ya no me importa. Gracias a ella he impuesto una nueva moda rasta y renové contrato con Versace. Y que me llamen loca.
Lo único que la novia ansiaba era unirse con su amado. Llevaba años soportando la trágica vida a la que Lorca la había condenado. El día había llegado, el momento de cambiar su destino. Parada ya frente al novio, pensaba en el auto esperándola; muy cerca de él, en las maletas ya cargadas; sus labios casi rozándose, tornaban su corazón taquicárdico; entonces sacó su arma y le disparó silenciosamente. Mientras la bala hacía su recorrido, entrando por la barbilla y saliendo por el cráneo, la novia huía por la puerta lateral del púlpito, donde Leonardo la esperaba con el auto en marcha. Finalmente, los tiempos habían cambiado, ya no se acostumbraban tantos muertos por honor.
Es que todos suponen que solo se trata de un hombre que miraba la luna, pero yo le aseguro que no es así, señor juez.
Yo pude observar que su mirada se fijaba en un punto definido de la blanca imagen y recién cuando en sus pupilas se dibujó la mujer, fue cuando comenzó a transformarse en lobo. Entonces no tuve mas remedio que hacerlo, señor juez: era él o yo. A cada zarpazo que me daba, tratando de alejarme de su vista, lastimaba un poco más mis alas. No podía dejar que me matara y menos por culpa de esa hechicera. Por eso tuve que transformarme señor juez y, humana nuevamente, clavarle el veneno que llevaba oculto en mi uña para, cuando hiciera falta, descargarlo sobre mi enemiga. No me dejó alternativa, señor juez. Así es que, habiendo revisado los hechos, y en honor a la justicia, propongo cambiar la carátula del caso, de homicidio doloso agravado por el vínculo a homicidio en defensa propia, y otorgarme inmediatamente la libertad, señor juez, antes de que suceda mi próxima transformación. .
Podía sentir el mundo verdadero tras la verja. La otra dimensión cobraba vida en la punta de sus dedos. A través del roce de la lengua de una mariposa, descubrió que allí había más colores, olores y sabores de los que le fue permitido conocer. Había mucho más. Y la vibración del agua al soplar el viento, le susurraba esa verdad tan estremecedoramente, que le hacía desabrocharse el cuello de su blusa. No lo dudó más. Su pensamiento miró profundamente a los ojos de obsidiana rogándoles que cumplieran su sueño. Y así fue como encontraron a Evelyn una noche de luna, agarrada a la verja del estanque que separaba su casa del camino, las ropas deshechas y en el rostro, el mismo gesto de felicidad del idiota del bosque.
Días después de que el forense publicara la fotografía, comenzaron a llegar cientos de cartas pidiendo milagros. Analizado el tema, hubo que emitir una aclaración:La aureola que se adivina sobre la cabeza de la mujer no es la de una santa; es la marca de un vaso sobre la foto antes de ser escaneada. Y aquí no tenemos Photoshop.
Una escalera al cielo, mariposas sobrevolando la muerte de los hijos que no he tenido, margaritas otoñales esperando ser deshojadas por me quieres y no me quieres y yo, casi desnuda, posando en la mano del artista que pinta mi sueño de una escalera al cielo y mariposas sobrevolando…
Le habían ofrecido una suma importante si el experimento resultaba exitoso. Necesitaban el dinero, pero comenzaba a arrepentirse de haber aceptado. Tarde. Su cuerpo ya no le obedecía y hasta su mente comenzaba a cristalizarse. Yaciendo sobre una báscula con forma de cama, con el frío corriéndole por las venas, se consoló pensando en su esposa y su hijo, en el fin de sus penurias. Los médicos no podían explicarse qué sucedía. En el monitor de la báscula titilaba -21 g., a los dos segundos -42 g. y a los dos segundos – 63 g. El corazón ya era una línea recta. Las maniobras de resucitación tampoco funcionaron. El experimento había fracasado. Cuando lo llevaban a la morgue, entraban también dos camillas: su mujer y su niño habían fallecido en un inexplicable accidente de tránsito en la entrada del hospital. .
"Derecho, siempre delante de uno, no se puede ir muy lejos" El Principito
Estoy permitiéndome mirar en los altos del camino, a mis costados, y detenerme allí por un rato para avanzar con más seguridad. Y cada vez prosigo el camino con mas alegría. Como el alto de ayer, en que el frío de la noche no impidió que pudiera ver las miradas detrás de los nombres, unos más conocidos que otros, pero todos con el objetivo común de compartir un rato de la vida que, cada uno a su manera, refleja en su casa. Estuve con Steki, Estercita, Miralunas, Cecy, Magah y a los postres llegó Marcelo. La "caipirinha" nos quitó el frío del cuerpo, para que el calor del alma fluyera sin restricciones. Y me dormí pensando con cuánta fuerza late la vida ahí, al otro lado del monitor.
Hoy he decidido Ser. Ser quien los lee a ustedes, reales, tácitos o anónimos. Ser quien les deje una palabra o tal vez solo una mirada en sus propias casas. Ser quien los siga silenciosamente, aprendiendo con cada paso que dan.
Y también no Ser. No ser la obstinada que no logra expresar sus pensamientos con las palabras precisas. Ya pasó más de un año. Tiempo suficiente para dirimir el dilema.
Este es el último post del blog. Gracias a todos los que me acompañaron en esta aventura. Los sigo.
Ser o no ser... He ahí el dilema. ¿Qué es mejor para el alma, sufrir insultos de Fortuna, golpes, dardos, o levantarse en armas contra el océano del mal, y oponerse a él y que así cesen? Morir, dormir... nada más; y decir así que con un sueño damos fin a las llagas del corazón y a todos los males, herencia de la carne, y decir: ven, consumación, yo te deseo. Morir, dormir, dormir... ¡Soñar acaso! ¡Qué difícil! Pues en el sueño de la muerte ¿qué sueños sobrevendrán cuando, despojados de ataduras mortales, encontremos la paz? He ahí la razón por la que tan longeva llega a ser la desgracia. ¿Pues quién podrá soportar los azotes y las burlas del mundo, la injusticia del tirano, la afrenta del soberbio, la angustia del amor despreciado, la espera del juicio, la arrogancia del poderoso y la humillación que la virtud recibe de quien es indigno, cuando uno mismo tiene a su alcance el descanso en el filo desnudo del puñal? ¿Quién puede soportar tanto? ¿Gemir tanto? ¿Llevar de la vida una carga tan pesada? Nadie, si no fuera por ese algo tras la muerte —ese país por descubrir, de cuyos confines ningún viajero retorna— que confunde la voluntad, haciéndonos pacientes ante el infortunio antes que volar hacia un mal desconocido. La conciencia, así, hace a todos cobardes y, así, el natural color de la resolución se desvanece en tenues sombras del pensamiento. Así también enérgicas empresas, de trascendencia inmensa, a esa mirada torcieron rumbo, y sin acción murieron.
Me gustan –también- esas letras otoñales,tan exhaustiva y poéticamente detallistas, que hacen que las cosas más simplescobren una importancia antes ignorada.
Es como encontrarnos descubriendo el maren el incipiente desborde de una lágrima.
Esta semana estuve rodeada de búsquedas, de espejos, reflejos y cegueras. Y no puedo dejar de sentir que lo mas importante se me esconde. De los ojos, de la boca, de los dedos. Forma un torbellino dentro de mí, pero allí se queda, inasible, amurallado detrás de mis sentidos para que nada lo transforme. Tal vez para que yo nunca desista de mirar detrás de lo visible, de leer más allá de las líneas y de escuchar los latidos del silencio.
Sigo buscándome a la vuelta de mi misma, hurgando en cada recodo, debajo de cada rincón secreto, y aún, mirando de frente a esa conocida que me mira en el espejo. Y repaso cada línea de tiempo, todas las risas contenidas y las lágrimas vertidas y los ecos de las voces acalladas. Y no me encuentro. Mi única esperanza es aquella sombra lejana, apenas visible, que me observa acurrucada en lo profundo del silencio.
Minificciones.com.ar organiza un concurso permanente en su sitio, abierto a la comunidad, donde cada mes propone una imagen diferente como disparador para los participantes. Es un ejercicio divertido y un abre-mente para quienes compartimos la afición. Aquí, las de este mes.
Yo, Virus
“Y cuando los hombres desaparezcan, yo seguiré estando aquí”.
Génesis
En el principio era el virus y el virus estaba con dios y el virus era dios. Luego fue el hombre y el hombre estaba con dios. Y así murió.
La escritoraDolores M. Kochdefine muy bien cómo escribir minificciones (o micro-relatos o micro-cuentos), el género literario más reciente, complejo y experimental, en el que torpemente intento incursionar.
“Un micro-relato ha de tener algunas de las siguientes características (no necesariamente todas a la vez): hibridez genérica, desenlace ambivalente o elíptico, alusiones literarias (o bíblicas, míticas, históricas, etc.), rescate de fórmulas de escritura antigua (como fábulas o bestiarios) y la inserción de formatos nuevos, no literarios, de la tecnología y de los medios modernos de comunicación”.
Y me resulta muy motivador la utilización de imágenes como disparador para los relatos, que cuanto más cortos, mejor.
TRADICION
Se acercaba la hora de la segunda oración, cuando Sem les advirtió: "el tigre está en la biblioteca". A partir de entonces, todos los hombres fueron semitas.
Hace casi un año, tu ausencia aún dolía tanto, que necesité varias muletas para poder caminar. Hoy ese dolor se transformó en un dulce recuerdo teñido de nostalgias de otros tiempos. Y las muletas, ya son fantásticos espacios que encontraron su propio sendero. Hoy camino sola y sonrío. El primer paso para volver a empezar.
Si bien lo esperaba, me sorprendió su llegada. Tal vez por hacerlo a deshora y sigilosamente. Fue esta madrugada mientras dormía. Lo sentí escabullirse entre mis sábanas y trepar por mi cuerpo desde la punta de los pies. Fue muy cauteloso, no logró despertarme del todo. Hurgaba suavemente en cada pliegue de ropa que yo, adormilada, volvía a acomodar, como clara señal de que se fuera. No lo conseguí. Amanecí abrazada a mis piernas, hecha un ovillo, la piel erizada, el cobertor en el suelo.Me levanté de un salto, decidida y encendí la calefacción.El invierno finalmente llegó para quedarse.
Bueno, mis musas se rebelaron definitivamente. Me abandonaron. Tal vez es mi culpa, les exigía demasiado. Es que soy una enamorada de las palabras. Más de las escritas que de las pronunciadas. Y tal vez haya sido eso, que hay cosas que no pueden expresarse con palabras, porque de hacerlo, perderían su verdadero significado. Como mirada, como abrazo, como miedo, como felicidad.
Dicen que me preocupo mucho por las formas y descuido el fondo, donde ellas habitan. Es posible. Tendré que averiguarlo pronto, porque sin fondo la forma no aguanta.
No hay caso. No se puede elogiar a las musas. Enseguida se toman vacaciones y me dejan así, con el cerebro revuelto, los dedos haraganes, las ganas disipadas y la pantalla en blanco. Espero que regresen mientras ordeno un poco. .
Hace poco leí en algún lugar no literario: Cuántos hombres fueron importantes en tu vida? -Qué tontería, pensé, qué importancia tiene cuántos?! Pero sin darme cuenta me encontré sumando con los dedos. Quienes queriéndolo o no, hicieron hito. Para ellos mi agradecimiento.
A mi papá, que me mimó cuando aún no tenía uso de razón. Al profe Alberto, quien me dio parte de la seguridad que me faltaba en mi adolescencia. A Horacio, porque después de trabajar para alguien tan perverso, pude hacerlo en los lugares más difíciles. A Hernán, quien me enseñó los peligros del amor enfermo. A Mario, con quien aprendí a negociar con una sonrisa en los labios y hielo en la mirada. A Claudio, quien durante mucho tiempo fue amigo incondicional. A Gustavo, porque me amó y me dio un hijo. A Marcelo, por sus férreas convicciones y su inteligencia. A Ricardo, por su ayuda desinteresada. A Guillermo, experto en dibujar sonrisas.
Se escapó del escondite en que la resguardabas de los falsos amigos, por ese miedo kafkiano que te confunde y te pierde en intrincados laberintos, esos que terminan todos en el mismo lugar. Dice. Se escapó caminando descalza en la arena, el mar apenas rozando sus dedos, sus ojos controlando la tormenta por dentro y por fuera para que el rayo no la agarre desprevenida. Dice. Se escapó y llegó hasta aquí, para decir que no solo las brujas provocan sortilegios. También las noches de luna llena. .
No quiero que vuelvas. No quiero que vuelvas a acostarte en mi cama. Ya no es nuestra. No quiero que vuelvas a meterte en mis pensamientos, ni en mis sueños. Ya no te pertenecen. Apareciste en mi vida llenándolo todo con tu esencia. Te fuiste de la misma manera, llevándote todo, definitivamente. Sabías que en ese viaje no podría acompañarte
y así y todo decidiste irte.
Entonces… no vuelvas.
Quiero volver a ser la que era, antes de tu vida y de tu muerte. .
Se vistieron con la vergüenza de Adán y Eva después de probar la manzana. Ignorantes del mandato original, nunca supieron que habían conocido sus paraísos particulares, y partieron, cada uno por su lado, con la creencia de merecer el infierno.
El lobo no cesaba de adular al cuervo, para que éste soltara lo que traía en su pico. El cuervo pensaba en lo bien que había hecho en hacerle caso a la zorra, que lo hizo bajarse de la higuera y procurarse alimento. Solo esperaba que aquel lobo se diera cuenta de que él había leído todas las fábulas de Esopo y se alejara de una vez.
Tenía que lograrlo. Llevaba tiempo intentándolo infructuosamente. Había tenido varias caídas, pero cada vez, haciendo el orgullo a un lado, se había levantado. Estaba cansado. Le dolían las piernas, los brazos y el alma, pero no podía claudicar. No ahora. Había tenido tantos logros en los últimos tres años...! Había abandonado el chupete y los pañales. Comenzó jardín de infantes. Aprendió a silbar, a patear bien la pelota y a nadar. Hasta aprendió a escribir su nombre! Tenía que lograrlo. Mientras pensaba en todo esto, escuchó a los amigos aplaudiendo en la línea de llegada... se olvidó que lo estaban sosteniendo por detrás y, finalmente, él solo logró manejar su bici sin ruedas de apoyo. Otra victoria más para anotar en su cuaderno azul. .
Ayer te vi. Mis dedos se demoraban en la liquidez de tu imagen cuando tu voz me arrancó de las garras del olvido y me llevó a cada uno de los rincones de mi sueño, donde tus ramas fornidas me abrazan fuertemente a tu tronco hasta que mi alma traspasa tu corteza y se funde en la dulce savia de tu boca que me recorre y me llena y nos eleva así, unidos en esta espiral infinita de placer que gira sin cesar, hasta que tú y yo, uno en nosotros, el cuerpo tenso, las manos entrelazadas y anhelantes, tocamos, final y gozosamente, el borde luminoso de los cielos. .
Siempre me sorprende la absoluta desfachatez con que la vida continúa después de las despedidas. Una señal inequívoca de lo efímeros que somos. Todos. Y de cómo vivimos equivocadamente. Porque lo único real es aquí, ahora, contigo. Porque ayer ya no existe y mañana tampoco. Hoy debería ser nuestro único plan. Disfrutar del sol asomando al día, sentir el aroma del café recién hecho, abrir las ventanas a la brisa matinal, mirarnos en la profundidad de los ojos, percibir el roce de las manos, escuchar la risa que nos alegra. Y vivir este día como el primero, como el último, como el único que tendremos y que quedará en nuestra memoria hasta mañana... no más.
No sé quién eres, ni qué haces, ni dónde estás. Poco importa ya. El cuadrilátero negro que te sostuvo estos años habló por ti. Al pararnos sobre él y comenzar el viaje de regreso al principio vemos cómo asoma el niño muerto que habitó tu invierno desolado. El tambor de latidos de tu pecho no dejará de sonar en el nuestro, aunque no sepas ni a dónde vas… Y poco importa todo ya. Tus frases, lanzadas como puños, marcaron para siempre nuestras vidas. Llévate eso para el viaje y recuerda tu propia sentencia: "La vida puede comenzar otra vez, cualquier día" Y yo te agrego "en cualquier lugar". Si la que nunca pierde te dejara volver a este páramo oscuro y desolado de nuestras vidas, encontrarás cientos de ojos latiendo, agazapados tras el cuadrilátero negro esperando ansiosos tu regreso.
Me abstraigo en mis manos, mientras juegan con la pluma con la que intento crearte, buscando la palabra precisa, y descubro que han perdido la lozanía y esbeltez que solían lucir.
La uñas cortas, las venas gruesas, la piel surcada por mil nuevas líneas repletas de caricias prodigadas, texturas conocidas y cicatrices olvidadas.
Y la marca de la pluma entre mis dedos me recuerda que no todo puede expresarse con palabras y que mi búsqueda será inútil y que bastaría solo con tu mirada.
Estaba en el suelo, retorciéndose cual epiléptica, los ojos en blanco, una espuma roja brotándole de la boca. Llevaba puesto un collar de gemas extrañas, con formas de ojos, de un color fulgurante. Creímos que parecía víctima de algún maleficio de magia negra. Nos invadió el temor. Proseguíamos nuestro camino cuando vimos al policía con el delincuente esposado, y mientras la ambulancia que venía a gran velocidad subía a la acera, ellos pasaban delante de nosotros. Nos avergonzamos de nuestras sospechas y entonces, el delincuente nos miró. Sus ojos eran iguales a los del collar de la víctima, que ya había dejado de moverse.
Nunca nadie me inventó con palabras. Nadie construyó un lecho de letras donde pudiera abandonarme. Solo un otro habló con Segismundo de mí, pero afortunadamente
se negó a seguir sus consejos. Será por eso que anoche, en medio del sueño turbulento,
tu boca llenó la mía hasta hacerme llorar? No, no podías ser vos, porque era una boca conocida y perdida. Aunque tampoco era yo. Era una tal Marcela, vieja, gastada y cansada,
que temblaba como una niña con su oso en brazos. No, no era un oso, era un mono; un mono que abrazaba como oso. Será que en el mundo de los sueños nada es lo que parece
y lo que parece no es? Hay que preguntarle a Segismundo. El lunes. .
Relato de menos de 20 líneas, sin usar la última fila del teclado (z x c v b n m)
Ojalá querer fuera poder! Quisiera usarlas, aquí y ahora. Pero sólo puedo desearlas, añorarlas y sufrir por eso. Quisiera suplirlas para poder tejer tus sueños y dejarlos aquí: el relato de frases largas y gratas. Pero ahora ya las he tapado… ya las perdí.
Ahora solo puedo jugar a ser dios, a ser hada. A ser sueño, pájaro de alas doradas… solo para ti. Si te faltara el agua, yo sería ella y te haría latir. Si te faltara el fuego, yo sería leño y te haría arder. Si te faltara el aire, yo respiraría para ti. Si lloraras, yo sufriría y si rieras, yo estaría alegre, solo por ti.
Ah… si todo este deseo fuera realidad! Yo sería esa letra que quiero usar y grita de dolor su falta; o aquella otra que podría perderse y fugarse de este esqueleto que es su lugar, o la que rueda lerda por el filo del pasillo. Si todo ésto fuera realidad, querer sería poder.
No hubo ganancias.
Solo muerte, desolación y ruinas.
Ahora surge la oportunidad
de construir una paz verdadera
que nazca victoriosa de entre los escombros
y llegue para quedarse, finalmente.
Hasta tanto esto no se confirme,
nadie podrá dormir tranquilo.