Me dio las gracias por darle la libertad y se fue. Después de todo lo que compartimos, lo que vivimos juntos, los proyectos que hicimos para este momento, tuvo el descaro de irse dejándome en esta habitación, que también fue nuestra, y llevarse la llave. Me hizo el cuento del síndrome, la muy astuta y se fue. Y además cobró su rescate.
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19 comentarios:
La verdad es que esa habitación, da para que se produzca el Síndrome de Estocolmo sin que sorprenda a nadie Claudia.
Me sorprende que lo que haya sucedido es el añejo hecho del “cazador, cazado”; pero bhue…, vos sabrás el porque!.
Muy bueno!.
Besos.
Rik
Muy buena, Claudia, me divirtió mucho el cuento de la astuta secuestrada y el cándido secuestrador.
También es un placer compartir con Issa y contigo la preselección de minificciones.
Un abrazo.
Inocencia perdida la del secuestrador.
Muy buen micro.
Saludos!
El título, como debe ser en el buen microrrelato, revela la última pieza del rompecabezas. Un beso.
Claudia, me pierdo un poco, el síndrome normalmente lo padeceel secuestrado ¿no? que nunca trata mal a su secuestrador. ¿Le diste la vuelta premeditadamente? o es que se me escapa algo?
Eso es ser lista.
Hizo muy bien.
Besos.
¿El cazador cazado? Muy bueno, Claudia, conciso y directo.
Saludos.
Perfecta unión entre el título y el relato. Una vuelta de tuerca estupenda en la que el secuestrador sufre el verdadero síndrome y donde la secuestrada se lleva todo, su corazón, su dinero...
Ya no se puede creer ni en los síndromes!
Muy bueno Clau!
Buenisimo!
Le esta bien empleado. Ese no vuelve a secuestrar.
Jaja, qué bueno! Cayó como un chorlito. La secuestrada, obviamente, muy astuta.
Me encantó!
Claudia, vengo a felicitarte por tu mención en Minificciones. Más que merecida.
Demasiado astuta.
En todos los sentidos.
Muy bueno!
Besos Linda!
Es muy curioso el Síndrome de Estocolmo, se aplica caprichosamente a casos tan específicos que pocos caen en la cuenta de que hay relaciones aparentemente libres que poco distan de un secuestro mutuo.
Un beso grande, ingeniosa amiga.
D.
Curiosa vuelta la que le das al síndrome de Estocolmo, nunca lo había visto de esta manera.
Esto es el colmo del Estocolmo. Mire, tengo una pregunta para usted: ¿la astuta, fue lo suficientemente astuta como para cobrar el rescate y seguir desaparecida hasta que se le acabara el dinero?.
Gracias por sus comentarios, amigos.
Unpadre, sea bienvenido! lástima que no pueda devolverle la visita.
La muy astuta no creo que vuelva a aparecer.
Rik, en la foto vemos una de las celdas de la antigua prisión Lanholme, en Estocolmo, devenida hotel de lujo. No me importaría pasar unas vacaciones durmiendo allí, eh?
¡Saludos a todos!
Astuto argumento...
Si es que cuando te coge el síndrome, no hay forma de librarse de él.
Un saludo
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