No tenía que afeitarse la cara. Todos decían que en aquel pueblo el poder de los hombres se notaba por el largo de su barba. Había quienes lucían barba de un mes, otros, largas hasta el pecho y algunos tan larga, que formaban túnicas que cubrían su cuerpo. Le gustaba la idea de no rasurarse más. Hasta que, pasada una semana, se topó con un hombre de rostro lampiño y como sintió pena por él, le preguntó: “¿No te preocupa lo que piensen de ti, por qué no te dejas crecer la barba?” a lo que el hombre contestó “Bienvenido forastero. Entre tantos míseros barbados, solo unos pocos han tenido la nobleza de preguntar. Quien se preocupa por sus semejantes posee sabiduría y eso le hace merecedor de conocer la verdad: el verdadero poder no se nota en el rostro sino en el corazón.” Mas tarde supo que había conocido a uno de los sabios del pueblo, a quienes la mayoría llamaba pobres.
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16 comentarios:
Chan, chan.
Qué lindo, Clau. Distinto a los demás, me parece, no? Muy buena la frase final.
Besotes, amiga del alma.
STEKI.
Bien, bien, te salió con moraleja y todo.
Un saludo indio
Genial, me gusto bastante, cortito y al pie.
Más que microrrelato me parece un excelente mensaje. Muy acertado y hasta te diría actual.
¿Podremos alguna vez ver lo que hay dentro de cada uno de nosotros sin reparar en las apariencias?
Besitos.
Siempre hay alguien que puede ver más allá de su barba!
Ji ji , lo conozco de primera mano- mueca de complicidad en mi rostro- Son las siete y cuarto, voy a ver si me tengo que afeitar esta mañana. Besos
Muy bueno.
Me ha gustado ese preocuparse por los demás.
Ya casi nadie lo hace.
Todo el mundo se mira su propio ombligo y ya está.
Besos.
Muy bueno. Como siempre bien contada la historia y además en esta ocasión con una parrafito para la reflexión.
Un abrazo.
Muy bueno Cris! Mirar mas allà de nuestro ombligo! Se me ocurre que podemos encontrarnos con cosas sorprendentes y maravillosas.
Aplaudo al forastero… aburrido de escuchar recomendaciones de etiqueta y comentarios entre lo impropio y lo divertido sobre un aspecto duro de digerir.
Me mudo a ese pueblo!!!
D.
Muy buen mensaje!
Me gusto este micro.
Gracias Nena.
Besitos vestidos de fiesta.
Me encantó, Claudia. El tono mítico es muy fecundo, parece, en lo que al microrrelato se refiere. Me gusta mucho la imagen de hacerse una túnica con la barba y la sencilla verdad que expresas como colofón.
Un fuerte abrazo y sigo leyéndote,
PABLO GONZ
Muy bueno claudia, muy bien construido. La moraleja o enseñanza en este caso no molesta porque contribuye a ese tono antiguo o arcaico que evoca. Me recordó una anécdota de la antigua Roma (aunque se me pierden los detalles) donde Catón el Censor se afeitaba en el senado (en ese momento todos los senadores usaban barba).
Saludos.
Buenas noches Claudia.
Muy bueno!.
Una fábula que eleva los espíritus para quienes adhieren a las metáforas que el corazón tiene otros poderes que el de solamente bombear sangre.
No quiero aguar la fiesta, pero en mi opinión, el verdadero poder no esta en el rostro ni en el corazón sino en las cajas de seguridad.
El de los Argentinos, más de 1.600 millones de dólares, posiblemente en las de Suiza o el Gran Caimán.
Respecto de los barbudos; no siempre fueron desacreditados, en 1959 - cuando la revolución cubana -, en Sierra Maestra se hablaba de ellos muy bien, y parece que podían portar barba y tener un corazón abierto para las necesidades de los más humildes, ¿no?.
Al respecto recuerdo aquella vieja canción de Carlos Puebla de título: “Y en eso llegó Fidel” donde en una de sus estrofas dice:
“Aquí pensaban seguir
diciendo que los cuatreros,
forajidos bandoleros
asolaban al país
Y seguir de modo cruel
con la infamia por escudo
difamando a los barbudos...
y en eso legó Fidel
Se acabó la diversión,
llegó el Comandante
y mandó a parar (Bis)”
De este link lo podes bajar si queres escuchar el tema en su totalidad.
Te posicionas donde dice Download Now y apretando botón derecho de Mouse elegís las opción Guardar enlace como
"Y en eso llegó Fidel"
Besos.
Rik
Muy sabia moraleja!
Beso!
Lady Baires
ole mi niña!!, Ya lo había leído en nuestro garito, aprovecho para saludarte por allá donde aparezcas, Muak!
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