Cada atardecer de verano caminaban hasta el final del sendero de tierra, allí donde papá les dijo que se reencontrarían después de la guerra.
La madre no tenía corazón para explicarles. Tendría que esperar varios veranos más, hasta que ellos crecieran.
1 comentario:
Qué logrado está. No le falta nada. Es preciso y hermoso.
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