Ilustración de Adriana Lucas |
El anticuario vendía una polaroid del ‘70, poco uso, con propiedades mágicas. Sus fotos revelaban el alma de todo, decía. La vendía con la última caja de rollos del mercado. Me hizo gracia la historia que inventó para deshacerse de la cámara cuyo uso estaba limitado a la cantidad de película disponible. No obstante, el precio era relativamente bajo y la urgencia por conservar la hermosa vista del caserío donde había nacido mi padre, frente a mí, terminó de definir la compra.
- No derroche fotos -me había dicho el vendedor- resérvelas para las cosas realmente importantes. Con una sonrisa condescendiente me apuré a cargarla y a tomar la instantánea del lugar. Al observar la fotografía entendí de qué se trataba la magia. La casa de mis abuelos destacaba sobre las otras, estaba viva. El viento llenó mis ojos con el humo que salía de aquella chimenea y el olor a torta de chocolate me invadió por completo. El vendedor, experto, me acercó una silla y pañuelos descartables. Sin mediar palabra, le agradecí de corazón.
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9 comentarios:
¡Qué buena cámara! Ideal para no dejar nunca de tomar la leche al llegar de la escuela.
Un beso grande,
D.
Qué buena idea, Claudia. Me ha encantado el micro. Creo que podrías escribir una serie con el motivo de l esta cámara, para sacarle el jugo a tan buena idea.
Un abrazo fuerte.
Compro cámara con alma, que venga con caja de pañuelos para secar los ojos míos y de los queridos que se han ido, al reencontrarnos en las fotos.
Abrazo.
Mario
Precioso texto lleno de magia.
Besos desde el aire
Ojalá existiera una cámara así, esa que nos trajera el verdadero alma de las cosas, de los recuerdos, arrojando al aire tan solo lo bueno, aunuqe...bien mirado...tal vez tengamos una y no nos hayamos dado cuenta, nuestros ojos y nuestra memoria.
Bello texto.
Ohhhh, qué ternurita que me diste, Clau! Me encantó. Un besote y feliz semana, amiguita!
Como escribió COMMONSENS, cuando acabes tu rollo, te compro esa máquina.
Yo tengo aún unos vírgenes que me quedaron de una polaroid que se me rompió antes de acabarlos.
La quiero para sacar fotos de mujeríos…, quiero ver si logro que resalte la que pueda llegar a ser mi última compañera!.
Hermoso cuento Claudia, me inspiró esta necesidad personal!
Gracias.
Besos
Rik
Felicitaciones por el nuevo formato!
Sería maravilloso atrapar el alma de las cosas, y con ello la de la gente que un día fue importante, importantísima en tu vida.
Gracias por este cachito de sueño, Claudia.
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