Hace un par de meses llegó al monasterio, el monje que estábamos esperando. Su aspecto era corriente pero muy carismático. Había amabilidad en sus palabras y en su mirada, sus gestos eran pausados sin ser solemnes. No había mentido cuando dijo que poseía el don de lenguas: pasaba la mayor parte del tiempo susurrando oraciones ininteligibles.
Una noche, el tono monocorde de sus plegarias había cambiado. Parecía estar con alguien en su habitación, contigua a la mía. Si bien no comprendía qué decía, su tono hacía suponer que pasaba por un tormento. Pensando que tal vez estaba enfermo, fui a su cuarto y divisé la puerta entreabierta. No pude evitar mirar a través de ella.
Sentada en el suelo, con las piernas cruzadas, semidesnuda, encerrada en una especie de triángulo de luz, se encontraba una mujer –ahora lo notaba- realizando un rito extraño que iba subiendo de tono e intensidad conforme sus manos unidas en plegaria subían desde su vientre hasta su cabeza con movimientos sinuosos.
Yo caí de rodillas, hipnotizado. De pronto pude entender lo que decía. El momento del despertar de su Kundalini había llegado. Y el de mi iluminación. Desde entonces, todas las noches me instruye en el tantra y durante el día oramos en lenguas. Tal fervor hizo que nuestro superior solicitara otro monje al monasterio vecino. La estamos esperando.
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Una noche, el tono monocorde de sus plegarias había cambiado. Parecía estar con alguien en su habitación, contigua a la mía. Si bien no comprendía qué decía, su tono hacía suponer que pasaba por un tormento. Pensando que tal vez estaba enfermo, fui a su cuarto y divisé la puerta entreabierta. No pude evitar mirar a través de ella.
Sentada en el suelo, con las piernas cruzadas, semidesnuda, encerrada en una especie de triángulo de luz, se encontraba una mujer –ahora lo notaba- realizando un rito extraño que iba subiendo de tono e intensidad conforme sus manos unidas en plegaria subían desde su vientre hasta su cabeza con movimientos sinuosos.
Yo caí de rodillas, hipnotizado. De pronto pude entender lo que decía. El momento del despertar de su Kundalini había llegado. Y el de mi iluminación. Desde entonces, todas las noches me instruye en el tantra y durante el día oramos en lenguas. Tal fervor hizo que nuestro superior solicitara otro monje al monasterio vecino. La estamos esperando.
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13 comentarios:
Donde está ese monasterio?
Por nada, por nada...
Besos.
¡A orar y practicar lenguas que se acaba el mundo!
D.
Está bien eso del Tantra.
Suerte en el concurso.
Un beso, Claudia.
Fluído el lenguaje, Clau, muy bien llevado, hasta...la iluminación. Un abrazo.
Todo el texto tiene un sabor a cuento antiguo, a esos deliciosos cuentos que se encuentran en libros cuyas hojas ya amarillean. Pero el giro sorprendente y risueño del final nos reubica!
Me encantó Claudia
Cuanta energía extra... ahhh ahora entiendo donde hay que ir.
Un besote linda!
Quiero saber dónde queda ese maravilloso lugar.
Paz, mucha paz quiero...
Pasame el dato por favor.
Besitos.
Por favor dinos la dirección del monasterio, jeje Creo que iremos en peregrinación...
Buen final. Suerte.
Un saludo indio
Hola Claudia, anduve de recorrida por el blog leyendo lo que me perdí en enero. Me gustaron mucho Virgen, Galatea de los mares y Devoción; parece que las fotos estímulo de Minificciones te inspiran bien.
Devoción tiene un excelente giro al final, el lector no lo espera.
Un abrazo.
Hasta los 18 años de edad cursé mis estudios en escuelas de solo varones.
El último año de la secundaria nos enteramos que el próximo se comenzaría con instituciones de enseñanza mixta.
Hubiera sido importante que esa experiencia de compartir géneros en los claustros la hubiese tenido años antes, porque luego de mi ingreso a la universidad, y sobre todo en la facultad de Psicología, mis feromonas eran incontrolables.
Me alegra saber que ese estilo de “retiro” ya esté llegando a los monasterios.
Y es muy cierto que se aprenden diferentes lenguas…, y varias cosas más!.
Como siempre, excelente, risueño y original tu “Cortito” Claudia.
Besos.
Rik
excelente albur...
Hoy es que vine a descubrir este rincón tuyo...
felicidades en el día de la amistad...
Claudia, me pareció genial.
Te felicito.
Un abrazo y feliz día.
Juan Antonio
Ahí se la irá tantreando.
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