Un par de piedras planas encastradas en los ojos, de azabache puro para que condujeran mejor las imágenes, y un decodificador sobre la frente, conectado al ordenador, era todo lo que necesitaba para crear sus películas. Durante el día había demasiados estímulos que le impedían concentrarse. En cambio de noche, cuando todo se aquietaba y caía en el sueño profundo, su imaginación se disparaba formidablemente, proveyéndole las mejores historias. No podía saber que la píldora para dormir que había comenzado a tomar provocaba pesadillas. Como tampoco llegó a saber que en su inconsciente vivía un asesino. Las autoridades destruyeron el aparato por seguridad.
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12 comentarios:
¡Malditos aparatos!
Lo mismo que toda la tecnología cuando se usa mal.
Ahora, ese compañero sigue siendo misterioso aún después de tantos años de convivencia.
Nada perduró tanto tiempo como él.
Besitos.
Hicieron bien.
Cada uno de nosotros tiene un cuerdo y un loco.
Al loco hay que vigilarlo.
Besos.
Me trajo imagenes que vi en una pelicula este fin de semana, un artista de día y un asesino por las noches.
Besos Linda!
¡¡UUauu!! cortito pero avasallador relato
Hola Claudia;
Sin duda todos tenemos una doble vida...afortunadamente. Sólo que una de las dos siempre nos produce pesadillas, una de las dos siempre nos dará miedo, pero el día que falte una de las dos ya sabemos lo que tocará: dormir.
Un micro es bueno cuando te tira de la lengua y el tuyo lo es con creces. Sólo una pregunta ¿por qué lo salvas destruyendo el aparatito?
chau,
hugo
Hugo, gracias por venir! En realidad, ya no quedaba a quién salvar. Había que destruirlo para que las pesadillas no cobraran vida.
Saludos!
Clau:
Sería bueno que escribieras tus textos sin negrita. La lectura se hace pesada e incómoda.
¡Qué terrible que en el inconsciente le habitara un asesino! (pero sin duda lo es más, cuando los asesinos habitan la conciencia)
Me gustó Claudia. Un abrazo.
Si hubiese llegado a rodar las pesadillas, seguro que hubieran sido un éxito mundial. La industria del cine perdió millones de dólares cuando destruyeron el aparato. ;)
¡Qué problema este de conseguir la inspiración!
Un abrazo, Claudia.
Uácala... menos mal. Se acabó la pesadilla.
Besote, amiga del alma!
Me ha gustado esta versión moderna de Doctor Jekyll y Mr. Hyde. Un abrazo.
Qué miedito...
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