No se puede tener el control de todo.
Yo no puedo controlar mis odios, aunque lo intento.
No puedo controlar mis amores. Pero ellos lo intentan.
Y así sobrevivo, tratando de controlar el descontrol.
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Las minificciones son larguísimas y complejas historias que no se ven, que se ocultan arteramente detrás de un puñado de palabras conocidas.
9 comentarios:
Sin dudas Claudia. Llega un punto de los acontecimientos en que todo se convierte en un descontrol.
Paciencia. Para el que la tiene...
Te mando un beso.
Claudia amiga:
Solo deja que todo fluya hacia sus cauces naturales, a algún lado llegaran...( es lo que yo haría ).Tal vez en el descontrol haya un orden establecido y con una finalidad.
Besos mil.
vae
Ese cambio de sujeto, en la tercera línea, es memorable.
De vez en cuando hay que darle fiesta al descontrol para que no nos machaque.
Besos.
Creo que estás más o menos como yo...en un apuro? jajaja. La vida es un apuro constante, lo bueno es que sea un apuro divertido... Saludos!
¿Y qué necesidad de tener todo bajo control?
¿Es necesario mantenerse en equilibrio y saber dónde va cada cosa?
Este descontrol de fechas, acontecimientos, temperaturas, interrupciones, modas, gobiernos y desgobiernos se llama vida.
Mi vida es un descontrol significa que estoy vivo.
Hola Claudia:
Descubro hoy tu blog... y me parece muy interesante. El microrrelato es una de las "artes"
más difíciles de la tarea literaria. Y por lo que he visto, lo dominas de maravilla. Volveré a leerte.
Un beso.
Soledad.
Claudia
Qué cortito más grande.
Aquieta el alma
ella encuentra el camino
sin mucho esfuerzo.
Un abrazo.
Juan Antonio
Como todos ¿no?
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