
Cuando Tweety se despertó una mañana después de un sueño intranquilo, se encontró liberado de su jaula y convertido en un triste pájaro azul. Creyó que era un sueño, pero cuando se vio reflejado en los ojos de Silvestre, sintió que todo era muy real.
Ya se daba por perdido cuando, en el mismo cristalino en que estaba su reflejo, su amigo Héctor venía en su ayuda convertido en leopardo. Quiso advertirle “Me parece que vi un lindo gatito”, pero en ese instante escuchó: “¡Corten! Los abogados no arreglaron con los derechos de autor. ¡Todos a maquillaje!".
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