Páginas

Explicación Cortita

Lo característico de la minificción o microrrelato, es su capacidad para disparar sugerencias múltiples en la mente del lector. Para ello se vale de la ambigüedad y de modos oblicuos de expresión, como la ironía, que apuntan a que lo que parece ser no sea, o no se sepa con seguridad si es o no es. De ahí que la paradoja y la parodia sean tan frecuentes. También lo es el doble sentido, en cuyo caso se acerca peligrosamente al chiste. En este límite, el trabajo con las palabras es lo que determina la diferencia".

Raúl Brasca.

miércoles, 27 de abril de 2011

Acto Final

La mancha de sangre en la seda de su kimono ya llegaba a las rodillas.
La última lágrima cayó sobre su propio pecho. Le pintó un sol rosado, como el atardecer de ese verano en que el seppuku la liberaría de la deshonra y el dolor.
Estaba serena, como siempre, cuando lo escuchó gritar su nombre en la distancia: “¡Butterfly! ¡Butterfly!”.
Solo entonces dejó que la curva leve de una sonrisa iluminara su muerte.

.

viernes, 15 de abril de 2011

Amnesia

En un lugar de la mancha descubrió finalmente el nombre que no podía recordar: Beatriz. Y el sonido de su imagen desplegó ante sus ojos, sobre la misma mancha, los destellos tornasolados de su historia. Desde el comienzo de los siglos, hasta el momento en que, por haberla matado, fue encerrado en la celda del olvido.
Y entonces lloró -aún sabiendo que las lágrimas no rescatarían el mundo perdido- hasta quedarse otra vez vacío, frente a la musgosa mancha de humedad.

.

martes, 12 de abril de 2011

Monstruos

No le gustaba lo que veía a diario en el espejo. Ese día decidió entrar para hablar con ella, para persuadirla de que dejara su odio de lado y se decidiera a perdonar. Pero al hacerlo, solo logró que ese odio se multiplicara en mil fractales y se incrustara en su carne hasta casi desangrarla. Ya pasó mucho tiempo de aquello. Hoy concluye que valió la pena. Ahora la mujer del espejo ya no siente odio por quien la abandonó: ahora comprende que nadie podría amar a un monstruo como ella.

.

sábado, 9 de abril de 2011

Funeral


La cruz de plata sobre mi frente me sumerge en un letargo donde las caras de mis muertos aparecen en el humo del incienso que otros esparcen sobre mí.
Los grifos alados que custodian el castillo real, levantan vuelo desde el escudo donde están prisioneros y acuden en mi ayuda. Me soplan al oído la nana de mi madre para que me duerma pronto, para que no sienta el fuego chamuscándome la carne, para que no vomite en esta balsa improvisada donde quedarán mis cenizas, para que el viento las lleve de vuelta al tiempo en que mis ancestros construyeron el Reino de Aragón.
Reino que hoy quedará huérfano, porque los que me creen muerto aún no descubren la jeringa debajo del sofá.

.